Los productos lácteos son, según los autores de este análisis global, un tesoro lleno de nutrientes, contribuyen al funcionamiento saludable de nuestro organismo y pueden incluso ser clave para ayudar a combatir algunas de las enfermedades que más preocupan en el mundo,
Por eso, los autores de la publicación instan a que las guías alimentarias de todo el mundo hagan más hincapié en los productos lácteos y en su contribución a una alimentación saludable y sostenible.
Estas guías orientan a la gente sobre los alimentos que deben comer para tener salud, pero, según los autores, también son importantes para respaldar los objetivos de sostenibilidad global.
Qué dicen las guías alimentarias sobre los lácteos
Los autores examinaron las guías alimentarias de 94 países y se encontraron con que más del 70 % de las guías incluía mensajes de corte nutricional o sanitario sobre los productos lácteos. En general, estos mensajes contienen información básica como los tipos de lácteos, el tamaño de las raciones y la frecuencia con la que deben consumirse, pero hay muchas más cosas que la gente tiene que saber.
El consumo de lácteos es bueno para los huesos, la dentadura, el corazón, el metabolismo de la glucosa, los intestinos y el sistema inmunitario. Los productos lácteos contienen proteínas y un sinfín de vitaminas y minerales. Sin embargo, la mayoría de la información nutricional sobre lácteos en las guías alimentarias se centra en el calcio, a pesar de que otros de sus nutrientes, como la vitamina A y el cinc, que en general se consumen menos de lo necesario en todo el mundo, casi nunca se mencionan.
Beneficios menos conocidos de los lácteos
En los últimos años, se han identificado otra serie de nutrientes que también se consideran importantes para la salud, como la colina, la taurina, la lactoferrina, bacterias «buenas» (probióticos) o la membrana del glóbulo graso de la leche. Los lácteos son el grupo de alimentos en el que se concentran los niveles más altos de estos nutrientes. Pero además de nutrientes, los productos lácteos fermentados, como el yogur y el kéfir, suelen contener probióticos, que se han relacionado con beneficios para la salud bucal e intestinal y para el sistema inmunitario.
Debido a la preocupación por la obesidad, en la mayoría de las guías alimentarias se siguen recomendando productos lácteos semidesnatados o desnatados, aunque cada vez hay más investigaciones que demuestran que las grasas de los lácteos no afectan a nuestra salud y, si lo hacen, sus efectos son positivos.
La leche y los productos lácteos tienen un alto contenido de agua y minerales y pueden ser fuentes de hidratación muy útiles en países con acceso limitado a agua limpia para consumo humano.
Las guías alimentarias deben reflejar la aportación de los lácteos para una alimentación saludable y sostenible
Los expertos consideran que los lácteos tienen que incluirse en las dietas saludables y sostenibles por motivos nutricionales, sociales y económicos. A algunas personas les preocupa sin embargo el impacto de la ganadería en el medio ambiente. Vale la pena recordar que, según las estimaciones, las vacas lecheras generan solamente alrededor del 2,5 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Es más, según los autores de la publicación, las emisiones de origen agrícola y ganadero se generan con un proceso de reciclaje constante, con carbono que ya se encuentra en la atmósfera. Estas emisiones contribuyen mucho menos al calentamiento global que las emisiones derivadas de la quema de combustibles fósiles, un proceso en el que se libera a la atmósfera carbono «nuevo» que se encontraba bajo tierra.
Las guías alimentarias actuales no reflejan adecuadamente la aportación de los lácteos a la alimentación saludable y sostenible. Según los autores de este artículo, hay que desviar el foco de atención desde los nutrientes concretos hacia los numerosos beneficios para la salud que ofrecen los lácteos.
«…los lácteos son una combinación sin igual de nutrientes esenciales y biodisponibles con numerosas propiedades funcionales (p. ej., probióticos, inmunoglobulinas y péptidos bioactivos) y tienen la capacidad de reducir factores de riesgo clave para algunas de las enfermedades más habituales y más mortales del mundo (p. ej., carencias de micronutrientes y enfermedades cardiometabólicas [como cardiopatías y diabetes])». – Comerford, 2021